Publicado: 15/07/2012 - Actualizado: 09/03/2019
Autor: Ruth Dubarran
La Soya o soja, Glycine max, es planta herbácea anual, de hasta 2 metros de altura cubierta de pelos rojizos. De sus semillas se extrae el aceite, utilizado para elaborar leche de soya y otros derivados de la soja (1).
Esa planta es una de las legumbre de más fácil cultivo, ya que en sus raíces viven unas bacterias capaces de transformar directamente el nitrógeno del aire en amoniaco y en nitratos, lo que hace innecesario el uso de abonos.
Por supuesto que la soya transgénica al ser manipulada genéticamente, como también lo hacen con el maíz, el tomate y muchísimos alimentos más, se convierte en un riesgo para la salud.
Pero al ser de fácil cultivo, se puede tener en el cultivo orgánico de casa. si no, en las comunidades de grupos asiáticos que la consumen dentro del círculo familiar, se puede adquirir con más confianza ya que ellos la consumen naturalmente (nadie conoce mejor el uso adecuado de la soya que los orientales).
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Propiedades dietéticas y nutricionales de la Soya
La soya produce más proteínas, de mejor calidad, en MENOR TIEMPO que otros cultivos. No existe ningún cultivo que en menos de cuatro meses, produzca 2.000 kg de semillas por hectárea, lo cual equivale a más de 700 kg de proteína.
Lamentablemente sólo una pequeña parte de la producción mundial de soya se dedica a la alimentación humana. La mayoría se emplea como alimento para el ganado y como materia prima en la industria.
El hambre no existiría en el mundo, si toda la soya que se produce en el mundo, se empleara para la alimentación humana, en lugar de alimentar animales para luego comernos su carne.
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La soya es un alimento muy nutritivo (2), el alimento más rico en proteínas que existe (36,5%), la carne sólo 20% y los huevos 12,5% (quedan muy por detrás). Además, la proteína de la soya es de mejor calidad, contiene toda la cadena de aminoácidos esenciales en nuestro organismo para niños o adultos; sólo se recomienda en las fórmulas de los lactantes un suplemento de metionina (sólo para los lactantes) porque para los adultos contiene suficiente, su calidad biológica es comparable a las de la carne.
La soya también es muy rica en fósforo, magnesio y potasio, alta en calcio, cobre, cinc y magnesio.
A diferencia d los occidentales, los pueblos del oriente obtienen la mayor parte de sus proteínas de la soya y NO de la carne. Los estudios demuestran que disfrutan de una mejor salud en sus órganos reproductores, ya que la soya ayuda a prevenir cáncer de próstata, útero, mama (3), no sufren de osteoporosis y poseen notable vitalidad y fecundidad.
Elementos descubiertos en los últimos años como las Isoflavonas, constituyen uno de los grandes avances en nutrición. Son un tipo de fitoestrógenos , hormonas femeninas de origen vegetal que ejercen una acción similar a la de los estrógenos, pero sin sus efectos indeseables.
¿Cómo trabajan los fitoestrógenos de la soja?
Al unirse a los receptores celulares de los estrógenos, las isoflavonas, inducen los efectos favorables de los estrógenos naturales, aumento de la mineralización ósea, protección contra la arteriosclerosis y sensación de bienestar.
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Por su influencia en el sistema hormonal, la soya es uno de los alimentos recomendables durante la menopausia (3)
Contrario a los mitos que se difunden de los fitoestrógenos, estos impiden el principal inconveniente de los estrógenos producidos por el organismo, que es el estímulo permanente del crecimiento de las células de la mama y del útero. Por esta acción simultánea de inducción y de bloqueo que desarrollan las isoflavonas se dice que actúan como antagonistas parciales de los receptores estrogénicos; además son también potentes antioxidantes.
Como ven, es un MITO creer que los fitoestrógenos «se unen» a los estrógenos naturales «desequilibrando» el estado hormonal natural del cuerpo aumentando el riesgo de cáncer. Eso sucede con las hormonas químicas que les inyectan a las vacas para aumentar la producción de leche, pero no con los fitoestrógenos naturales. Todo lo que viene de la mano de Dios, es perfecto.
Las Saponinas: se encuentran en la soja y sus germinados; se ha demostrado que las saponinas pueden impedir el crecimiento de células cancerosas, además reducen el nivel de colesterol, al impedir su absorción en el intestino y aumentar la excreción fecal de ácidos biliares, precursores del colesterol.
Beneficios para los varones: contrario a lo que se dice, los varones pueden beneficiarse de este producto tanto como las mujeres, ya los efectos de los estrógenos naturales de la soja, reducen el riesgo de padecer de cáncer de próstata; estadísticas indican que los hombres japoneses presentan una menor mortalidad por cáncer de próstata, gracias al consumo de productos de soja, especialmente de tofu.
Uno de los tratamientos para este tipo de cáncer consiste precisamente en la administración de hormonas estrogénicas, lo cual conlleva efecto feminizantes indeseables en el varón. Por el contrario, los fitoestrósgenos de la soya (isooflavonas) protegen contra el cáncer de próstata, y No ejercen Ningún Efecto Feminizante.
Los protege de los riesgos de un infarto al miocardio: tanto los fitoestrógenos como los estrógenos producidos por el organismo evitan la arteriosclerosis y mejoran la salud del corazón y de las arterias.
Prevención del Cáncer: El Instituto nacional de Cáncer de los Estados Unidos está dedicando mucha atención al efecto anticancerígeno de la soya y de sus derivados, ya que impiden el crecimiento de células cancerosas, el efecto está demostrado tanto en tumores hormonodependientes como en los que no lo son.
Investigaciones realizadas en Japón, muestran que el consumo diario de una ración de productos de soya reduce el riesgo de padecer cáncer de mama, de colon, de recto, de colon, de estómago, de próstada y de pulmón.
Resumen de datos extraídos del Dr. Jorge Pamplona Roger (5).
Dr en Medicina y Cirugía general y del Sistema Digestivo
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